UNA DE ESPÍAS, por José Antonio Labordeta

Una de espías
por José Antonio Labordeta


"Gobernaba el señorito Aznar cuando este ciudadano, miembro del CNI -espías ibéricos de paisano- se trataba con terceras potencias para venderles información. Y el PP no ha dicho esta boca es mía y el niño Acebes, tan irritable él, se ha callado como un muerto. Y es que el jefe del espía era él y aquel les untó el pan con mantequilla y se la tragaron como si fuese un bien para la Patria, la suya, naturalmente.
Este bodrio vuelve a señalar el desastre que en esos años -2000 al 2004- era el Ministerio del Interior que parece que tan solo se preocupaba de incordiar al País Vasco mientras los “moritos” le asesinaban a casi doscientos ciudadanos y los espías vendían información bajo la vigilancia, ciega por lo que se ve, de Acebes y su segundo de abordo, señor Astarloa.
Por cierto, este último reconoció ante la Comisión del 11 M, de la que fui miembro y nadie hizo caso a sus conclusiones, que el año dos mil cuatro estaban en mantillas respecto al terrorismo integrista musulmán. Por no tener, no tenían ni un mal traductor y la famosa cinta se la tradujo un policía marroquí que andaba por Madrid haciendo un curso de perfeccionamiento.
Y a pesar de todos estos desastres, el niño asciende a secretario general y se carga a Piqué, con toda su jeta, y no tira por la borda a Ruiz Gallardón porque este tiene detrás mucho madrileño y el ex solo tiene a sus amado jefe Aznar- que es quien lo defiende contra viento y marea- y tampoco están las cosas como para tirar cohetes.
Por cierto, Zaplana ha hecho unas declaraciones dignas de un proceso kafkiano y Rajoy, tan oportuno siempre para culpar al PSOE de todo, debe andar por la patria galega tomando pulpo y bebiendo albariño para celebrar la dia de los otros... A veces tiene cara de pasarse con esos dos productos.
No me gusta nada lo de Navarra. El PSOE anda jugando a un juego muy extraño -que ya nos lo han hecho en Aragón- que puede conducir a una lejanía del personal de la política y de las elecciones. Si vuelve UPN, los sociatas se habrán llenado de desencanto para muchas gentes.
Si tienen miedo al que dirán los peperos de NaBai, vuelven a demostrar que les faltan agallas para tomar la historia por los cuernos. La socialdemocracia tiene demasiados apaños en su historia y sobre todo en Navarra. Una penica. De lo que Marcelino -presidente de Aragón- ha hecho en esta comunidad, prefiero no hablar. Por estrategia política se puede uno llenar de mierda y la historia, después, huele mal."